En la actualidad podemos ver así los restos del Templo de Hwron y la Esfinge, con un fondo insustituible y no solemos pensar en la cantidad de esfuerzo y medios económicos que ha supuesto el llegar a este estado. Tampoco es algo que se haya dado por concluido.
Mientras E. Baraize restauraba la Esfinge lo que permitió que las grandes fisuras de la cabeza no se ampliaran con el riesgo de que esta se fuese al suelo, en el Central Field inmediato ya estaba trabajando S. Hassan con la misión de la Universidad de El Cairo, desde 1929, limpiando las mastabas del cementerio de Jafra con buenos resultados ya que una de las premisas de Hassan era que no se podía dejar una zona a medias y había que retirar todo hasta alcanzar la roca madre o un sustrato que no hubiese sufrido alteraciones por la mano del hombre.
En 1936, la misión de la Universidad de El Cairo pasó a depender del Servicio de Antigüedades y con ello S. Hassan tuvo la posibilidad de realizar su gran deseo: desescombrar toda la gran zona que rodeaba a la Esfinge, cuyos primeros trabajos comenzaron el 4 de octubre de 1936.
Como el proyecto era ambicioso, lo primero que hubo que hacer fue echar abajo los muros de contención que Baraize había levantado que ni siquiera llevaban una década.
Esto les supuso el trabajo más duro por la resistencia que estos muros tenían, en palabras de Hassan: una obra inspirada en la de los faraones. En la foto, el Templo llamado de la Esfinge, detrás se ve el muro E y al fondo los edificios más cercanos a esta zona que fueron demolidos entonces, hoy son otros, los que se ven detrás del muro de seguridad actual, pero no muy lejos de aquellos. Los trabajos continuaron en un arco amplio, hacia el NO, hacia el N y hacia el NE para retirar la enorme cantidad de arena, escombro y piedras como se aprecia en las fotos, parecía que les iba a llevar muchísimos años. No fue así porque emplearon medios más modernos como la instalación de un sistema Decauville, que hacía posible retirar cada día 1300m3 y depositarlos a un km. de distancia, en un lugar que hoy está cubierto por los edificios más al E de Nazlet el Simman. Lo primero que se encontró hacia el N fueron los restos del muro de adobe mandado construir por Tutmosis IV.
En esta fase del desecombro, lo que se consiguió fue encontrar los restos del templo mandado levantar por Aajeperura (Amenhotep II) al N-NE de la Esfinge y en otra fase después, las tumbas excavadas en el corte de la roca de la cantera de Jufu, de la que ya se hablará en otro post.
De este templo, ya había encontrado Baraize depósitos de fundación: cuatro vasos, un objeto ovalado, todos de alabastro y con la misma inscripción: “el perfecto dios Aajeperura amado de Horemajet”, mas objetos de cobre y muchas vasijas diferentes. No solo eso, cerca del templo a la derecha según miramos la Esfinge, durante los trabajos de Baraize, se abrió una zanja para dar salida a los obreros sin que tuvieran que caminar por una pendiente fuerte, en la que aparecieron dos jambas con la inscripción de Aajeperura en ellas. Esto ya le dio a Hassan una idea de que algo interesante se podría descubrir en ese área.
Mientras se adelantaba el trabajo hacia el norte, después de fotografiar y de tomar referencias de los edificios más recientes de adobe, se tomó la decisión de derribarlos, y así se hizo. En el más cercano a la Esfinge, aún con sus paredes del norte en pie, en su lado oeste, apareció una estructura ovalada, de granito, que les llamó la atención.
Hassan ordenó profundizar alrededor y con satisfacción se comprobó que era una enorme estela, bastante bien conservada, la cual una vez limpia del todo mostró dio el dato de haber sido parte del templo de Horemajet, con el cartucho de Aajeperura. Alrededor de ella aparecieron muchas piezas votivas, de diferentes épocas, con profusión de esfinges. Poco después, en el muro O de esta sala, se encontró una estela nicho de granito con un disco solar alado y un cartucho de Tumosis IV borrado. En lo alto de dicha estela aparecía Aajeperura con las manos alzadas hacia la Esfinge, cuyo texto dice que se ordenó colocar en el templo cercano a las Pirámides de Horemajet. La estela fue dañada después. Resto de otra estela en la que Tumosis IV hacía una ofrenda de vino, también se descubrió.
Una vez limpio el lugar, aparecieron los muros de adobe y con ello se vio la distribución interna.
En una habitación pequeña al S-O del patio exterior se hallaron las jambas de una puerta con la inscripción de Seti I, lo que permitía suponer que había sido reutilizado después. Más al norte, unida al muro, apareció una capilla posteriormente añadida en la que apareció una estela de Seti I cazando a pie, dedicada a Horemajet. Apareció un dintel que encajaba perfectamente con las dos jambas que Baraize había encontrado cerca de este templo, formando con ello la completa puerta de la entrada principal al recinto interno, que en realidad está en el punto central de todo el edificio y allí sigue hoy en día visible para todos. Al sur, aparecieron fragmentos de jambas con inscripciones y cartuchos de Ramses III, pertenecientes a la entrada exterior del conjunto y las jambas de la puerta del recinto exterior con inscripciones de Merneptah y en la parte superior, solo la mitad de ellas, las figuras de Seti I abrazado por Horemajet y una diosa. Quedaba demostrado el interés de todos estos reyes de la XIX por este lugar y por su piedad hacia Horemajet.
Mientras se excavaba en los alrededores de este templo, seguían saliendo objetos votivos en forma de león o de halcón, estelas y piezas relieves mostrando orejas, solas o en grupos. Algunos de los halcones con corona blanca y/o con la inscripción del dios Horajti. Con el nombre del dios Horajti en su parte superior, se descubrió también en una estela pequeña, una representación de la Esfinge, con su nemes, su barba y con dos ureos en la frente, además de tener un bracalete en cada una de sus patas.
El 31 de diciembre, el trazado del templo estaba completado. Realmente entonces se iba muy rápido... Ahora vamos al por qué a este templo se le ha identificado con el de Hwron (Houron, Hauron, Hwl, Hurna, etc.)
El nombre del dios Hwron es cananeo y al menos ya era conocido, asociado a otros dioses del panteón egipcio desde la XVIII Dinastía. Aparece en estelas de Ramses II y de otros reyes, pero lo que dió el espaldarazo final de su antigüedad, fue precisamente el hecho de que ese nombre apareció unido al de Horemajet, dentro de un texto en el que se hacía referencia a Aajeperura, inscrito en unas tablillas de fayenza, en 1936 propiedad de un anticuario de Nueva York. En algunas de ellas el texto de estas tablillas era idéntico al que se encontró en los vasos de alabastro fundacionales y como no se conoce otro templo de Horemajet que tenga que ver con Aajeperura, por fuerza tenían que proceder de lo encontrado por Baraize y que por lo que fuera, alguien se las llevó y vendió. En otras el texto era el siguiente: “El perfecto dios Aajeperura, amado de Hurna Horemajet”.
No solo esto, en toda la zona excavada aparecieron muchas estelas y doce de estas llevaban el nombre del dios cananeo o su variante, pero la nº 87, una estela con nicho y figura de un dios en forma de halcón momiforme, una tenía el auténtico de Hwron”. Después está la conocida mención que les une en la estela saíta, arcaizante, llamada del Inventario. No parece albergar dudas de que Amenhotep levantó este templo a mayor gloria de Hwron-Horemajet, aunque alguno lo ponga en duda, cuestione hasta la mismísima C. Zivie, y piense que ese templo está "por ahí", aún enterrado entre la Esfinge y el templo de Isis adyacente a la G-Ic.
En su deseo de que todo lo encontrado se mantuviera a resguardo, Hassan ideó una protección a base de adobe intentando restaurar la forma que podía haber tenido en origen, manteniendo su perímetro exterior fuera de dicha protección
La idea de reservar lo encontrado era loable, pero el resultado no parece que fuese el más idóneo, ya que la construcción, apretada, devino en un mazacote impresionante con vanos enormes, pareciendo un edificio a medio terminar, con un cierto impacto estético en todo el entorno del área, eso sí, bien mirado, menos que esa horrible solución delante de la cara sur de la Pirámide de Jufu para meter el barco famoso (espero que no hagan lo mismo con el otro o apañados vamos).
La vida de esta singular reconstrucción en adobe, se alargó por poco más una década.
Al menos en 1950 ya no aparece en las fotos. Quizá no fuera por cuestiones estéticas, o quizá sí, más otras que no sabemos, pero cuando Hassan abandonó su puesto en el Servicio de Antigüedades Egipcio, la construcción fue eliminada.
Hassan comenta este hecho con cierta ironía, en la página 48 de “The Great Sphinx ands its secrets”, aludiendo a la costumbre de que en el Antiguo Egipto, las obras de unos reyes eran demolidas por los siguientes. Puede que pensase también en que Baraize algo similar pudo haber sentido cuando se enteró de que su muro poderoso fue eliminado por él en busca de una mejor solución.
Por unos años la estela las jambas y los muros permanecieron a la intemperie, hasta que se decidió cubrir la estela de granito de Aajeperura con una estructura de madera, y que hoy por hoy, sigue siendo el método para preservarla, pero claro... ni se ve. El resto ha sido reconstruido por anastilosis, las jambas y otros detalles sí que se pueden ver.
Esto de hacer y deshacer y vuelta a empezar, con el consiguiente derroche de fondos, parece que sigue siendo una constante en el organismo encargado de su patrimonio arqueológico, cuya denominación sí que varía con los tiempos, ahora ya es el MSA, o en español, "Ministerio Estatal para las Antigüedades", antes SCA.
Las fotos de la época están sacadas de The Great Sphinx ands its secrets, y tanto este como los demás de S. Hassan se pueden descargar en la web del "Giza Archives" del MFA de Boston.
Las fotos de la época están sacadas de The Great Sphinx ands its secrets, y tanto este como los demás de S. Hassan se pueden descargar en la web del "Giza Archives" del MFA de Boston.
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