Los tiempos en que Lepsius vio la meseta de esta manera ya quedan muy lejos y en realidad ha pasado poco más de siglo y medio, pero suficiente para producir los imparables cambios, con ese crecimento día a día, rodeando y a veces estrangulando este lugar sin igual, que todos podemos ver en la actualidad.
Guiza,(los egipcios lo pronuncian "Guisha" y también "Yisha"), está considerado como el lugar más visitado por el turismo en Egipto y en este se incluye desde hace unos años, no solo el proveniente del mundo occidental, sino el de otros países islámicos y sobre todo el autóctono, que si antes de la llamara revolución ya era significativo, ahora supera con mucho al resto. Independientemente del interés de cada persona que visita este lugar (muchos no pasan de los aledaños de la pirámide de Jufu o de la esfinge, eso sí, con visita al aparcamiento establecido para hacer las fotos panorámicas de turno), allí se ha ido instalando una gran cantidad de egipcios que quieren sacarse un dinero por ofrecer unos servicios que casi nadie les pide, sean paseos a caballo, en camello, en calesa... o de guía-lapa que no sabe ni leer un simple nombre escrito en cualquiera de los bloques. A veces consiguen su objetivo, pero lo que revienta es su insistencia y su machaconeo pertinaz sin dejarte casi respirar y dependiendo de cada uno, hay que olvidarse de decir una y otra vez: ¡LA LA Shukram! y terminar por mandarles a... lo más lejos que se quiera.
El asedio comienza desde la misma entrada (que para visitantes que no van en grupo es la de la Esfinge), dónde no falta un avispado que quiere quedarse con los tickets, si el que los verifica se los da a él y no a nosotros, y si no los coge, te los pide después, con la intención de llevarte a su ritmo y explicarte lo que uno sabe mejor que él, si es que se ama esta cultura y se sabe qué es lo que se quiere visitar y por qué. Cuando les rechazas (yo les tengo que quitar de sus manos los tickets, si los ha cogido él), suelen molestarse algo, pero ahí se quedan, porque yo no quiero su compañía, ni pagar un extra que no necesito. Después con cada x decenas de metros recorridos, otros se te acercarán para querer venderte sus horribles objetos de pretendida inspiración egipcia. Salvados estos, aparecerán ya los primeros camelleros, que primero te preguntarán de dónde eres, para continuar pidiéndote que les hagas una foto en pose, sí, esa en la que el tío levanta la vara que lleva como si el camello necesitara que le arreasen un palo para moverse, cuando lo que el camellero quiere es que se quede quieto y sacarte la propina. Funcione o no el asunto, seguirá por ofrecerte un paseo alrededor de las pirámides, para que hagas fotos desde las cotas dónde ellos te dicen que se puede ver el panorama uno, el dos o el tres, dependiendo de cuál sea. Rechazado el hombre, aparecerán otros, que lo mismo de lo mismo. La variante es la del que te ofrece montar a caballo, que no dejará de decirte que no te puedes meter por las calles de las mastabas porque están en obras y que él te lleva a dar una vuelta para que veas lo grande que son las pirámides y digas como un turista en chanclas, pantalón corto, (o no) que de Egipto solo sabe lo que ha leído en una revista de esas que te encuentras en la sala de espera del dentista cualquiera, eso de ¡ohhhh que maravilla!
Se acaba harto de esta constante presión, que no te deja hacer lo que quieres. Ellos no entienden que tú quieres ver por tus propios medios, que no les necesitas, quieren ganar un dinero que les hace falta, como es lógico, pero es que además son así. Si fueran unos pocos no me disgustaría, eso forma parte de una cultura. El problema ha surgido cuando el turismo occidental ha caído y los pocos que vamos a ese lugar solemos ser los que vemos el pasado de Egipto con otros ojos y algo, aunque sea muy poco, sabemos. Lamentablemente todos los camelleros, caleseros, pseudo-guías, vendedores, irán a por lo que ellos consideran una pieza de caza, expendedora de euros, que no abunda en estos tiempos.
El problema podría resolverse en gran parte si a los vendedores, camelleros y demás, se les obligara a situarse fuera del recinto, como ha sucedido en las zonas de Luxor. ¡Si pagamos y es mucho, por una entrada al lugar, nos tienen que dejar en paz, dentro de este! Otra cosa es que se de propina a los guardianes de aquello que está abierto... o no, porque con dinero ya sabemos lo que se puede conseguir.
Guiza,(los egipcios lo pronuncian "Guisha" y también "Yisha"), está considerado como el lugar más visitado por el turismo en Egipto y en este se incluye desde hace unos años, no solo el proveniente del mundo occidental, sino el de otros países islámicos y sobre todo el autóctono, que si antes de la llamara revolución ya era significativo, ahora supera con mucho al resto. Independientemente del interés de cada persona que visita este lugar (muchos no pasan de los aledaños de la pirámide de Jufu o de la esfinge, eso sí, con visita al aparcamiento establecido para hacer las fotos panorámicas de turno), allí se ha ido instalando una gran cantidad de egipcios que quieren sacarse un dinero por ofrecer unos servicios que casi nadie les pide, sean paseos a caballo, en camello, en calesa... o de guía-lapa que no sabe ni leer un simple nombre escrito en cualquiera de los bloques. A veces consiguen su objetivo, pero lo que revienta es su insistencia y su machaconeo pertinaz sin dejarte casi respirar y dependiendo de cada uno, hay que olvidarse de decir una y otra vez: ¡LA LA Shukram! y terminar por mandarles a... lo más lejos que se quiera.
El asedio comienza desde la misma entrada (que para visitantes que no van en grupo es la de la Esfinge), dónde no falta un avispado que quiere quedarse con los tickets, si el que los verifica se los da a él y no a nosotros, y si no los coge, te los pide después, con la intención de llevarte a su ritmo y explicarte lo que uno sabe mejor que él, si es que se ama esta cultura y se sabe qué es lo que se quiere visitar y por qué. Cuando les rechazas (yo les tengo que quitar de sus manos los tickets, si los ha cogido él), suelen molestarse algo, pero ahí se quedan, porque yo no quiero su compañía, ni pagar un extra que no necesito. Después con cada x decenas de metros recorridos, otros se te acercarán para querer venderte sus horribles objetos de pretendida inspiración egipcia. Salvados estos, aparecerán ya los primeros camelleros, que primero te preguntarán de dónde eres, para continuar pidiéndote que les hagas una foto en pose, sí, esa en la que el tío levanta la vara que lleva como si el camello necesitara que le arreasen un palo para moverse, cuando lo que el camellero quiere es que se quede quieto y sacarte la propina. Funcione o no el asunto, seguirá por ofrecerte un paseo alrededor de las pirámides, para que hagas fotos desde las cotas dónde ellos te dicen que se puede ver el panorama uno, el dos o el tres, dependiendo de cuál sea. Rechazado el hombre, aparecerán otros, que lo mismo de lo mismo. La variante es la del que te ofrece montar a caballo, que no dejará de decirte que no te puedes meter por las calles de las mastabas porque están en obras y que él te lleva a dar una vuelta para que veas lo grande que son las pirámides y digas como un turista en chanclas, pantalón corto, (o no) que de Egipto solo sabe lo que ha leído en una revista de esas que te encuentras en la sala de espera del dentista cualquiera, eso de ¡ohhhh que maravilla!
Se acaba harto de esta constante presión, que no te deja hacer lo que quieres. Ellos no entienden que tú quieres ver por tus propios medios, que no les necesitas, quieren ganar un dinero que les hace falta, como es lógico, pero es que además son así. Si fueran unos pocos no me disgustaría, eso forma parte de una cultura. El problema ha surgido cuando el turismo occidental ha caído y los pocos que vamos a ese lugar solemos ser los que vemos el pasado de Egipto con otros ojos y algo, aunque sea muy poco, sabemos. Lamentablemente todos los camelleros, caleseros, pseudo-guías, vendedores, irán a por lo que ellos consideran una pieza de caza, expendedora de euros, que no abunda en estos tiempos.
El problema podría resolverse en gran parte si a los vendedores, camelleros y demás, se les obligara a situarse fuera del recinto, como ha sucedido en las zonas de Luxor. ¡Si pagamos y es mucho, por una entrada al lugar, nos tienen que dejar en paz, dentro de este! Otra cosa es que se de propina a los guardianes de aquello que está abierto... o no, porque con dinero ya sabemos lo que se puede conseguir.
¡Ah! ¿Esto es lo más grave? Podríamos decir y quedarse todo ahí. Pues no, lo grave es que tanto camellos como caballos, siguen estacionados en el área, dentro, ahora más agrupados que antes, a los que se da de comer encima de los bloques, sueltos o que formen parte del monumento, orinándose y defecando donde les pille, sea en la arena o encima de las losas de la plataforma que rodea las pirámides, la de los templos funerarios anexos a ellas, la que conforma las calles de los núcleos de mastabas o las de las calzadas. Sin olvidar que los humanos también tienen sus necesidades, y camelleros, jinetes, vendedores, pseudo-guías, dejan sus restos entre las calles, o en las capillas que quedan de las mastabas. Resumiendo, que la peste a meadas y mierda, es constante en estos sitios utilizados como improvisados retretes y no hay área en la que se ponga la mirada en la que no falte un excremento, y eso con suerte, porque en los más recónditos es imposible pisar sin llevarte alguna plasta en la suela.
No sé si en el SCA, siguen manteniendo la idea de sacar a camellos y caballos de un lugar arqueológico, único, impresionante, frágil. Porque lo es. Muchos pensarán que la piedra resiste todo, se creerán ese tópico de que el tiempo teme a las pirámides y no es así. Los bloques de caliza que forman parte de mastabas y de pirámides sufren un desgaste enorme, pues la calidad de la caliza fosilífera no es precisamente muy resistemte a los agentes erosionadores, de ahí que se revistieran las pirámides con otros traídos de más lejos, tanto de Turah como de Assuán, para que perdurara más en el tiempo. Si a los agentes atmosféricos se les une el agente humano, la combinación es letal.
El otro problema es la presión humana que sufre el lugar. Como decía antes, actualmente la presencia de los propios egipcios es mayoritaria y acuden masivamente. A los egipcios, la entrada les cuesta desproporcionadamente menos (unas 25 veces menos). Desde septiembre del año pasado los tickets son electrónicos, el suyo tiene un tono en la banda de color rojo y para los extranjeros lo tiene en teoría de color azul oscuro (en la práctica o no lo tiene definido o es de color lila) y nos cuesta hoy, 60LE. Paro la mayoría, como también para una buena parte del turismo extranjero de masas, tan solo es un divertimento más, un lugar accesible de moda.
Lo peor es que si bien uno no ve a occidentales incluidos japoneses, subiéndose por los bloques, ve constantemente como los egipcios pasan olímpicamente de las normas y suben por todos lados. Les encanta hacerlo y algunos trepan bien por los más difíciles lugares, es decir las grandes pirámides. De vez en cuando, algún policía aparece y hace bajar a los que trepan por las dos grandes, y me temo que no es para que no alteren más el proceso de deterioro de las hiladas, sino porque de sufrir un accidente, ellos lo pasarían mal, ya que a los que suben tres o cuatro hiladas, no se les suele llamar la atención y esto es algo que sucede de contínuo, cualquiera que visite el lugar lo puede observar.
No sé si en el SCA, siguen manteniendo la idea de sacar a camellos y caballos de un lugar arqueológico, único, impresionante, frágil. Porque lo es. Muchos pensarán que la piedra resiste todo, se creerán ese tópico de que el tiempo teme a las pirámides y no es así. Los bloques de caliza que forman parte de mastabas y de pirámides sufren un desgaste enorme, pues la calidad de la caliza fosilífera no es precisamente muy resistemte a los agentes erosionadores, de ahí que se revistieran las pirámides con otros traídos de más lejos, tanto de Turah como de Assuán, para que perdurara más en el tiempo. Si a los agentes atmosféricos se les une el agente humano, la combinación es letal.
El otro problema es la presión humana que sufre el lugar. Como decía antes, actualmente la presencia de los propios egipcios es mayoritaria y acuden masivamente. A los egipcios, la entrada les cuesta desproporcionadamente menos (unas 25 veces menos). Desde septiembre del año pasado los tickets son electrónicos, el suyo tiene un tono en la banda de color rojo y para los extranjeros lo tiene en teoría de color azul oscuro (en la práctica o no lo tiene definido o es de color lila) y nos cuesta hoy, 60LE. Paro la mayoría, como también para una buena parte del turismo extranjero de masas, tan solo es un divertimento más, un lugar accesible de moda.
Lo peor es que si bien uno no ve a occidentales incluidos japoneses, subiéndose por los bloques, ve constantemente como los egipcios pasan olímpicamente de las normas y suben por todos lados. Les encanta hacerlo y algunos trepan bien por los más difíciles lugares, es decir las grandes pirámides. De vez en cuando, algún policía aparece y hace bajar a los que trepan por las dos grandes, y me temo que no es para que no alteren más el proceso de deterioro de las hiladas, sino porque de sufrir un accidente, ellos lo pasarían mal, ya que a los que suben tres o cuatro hiladas, no se les suele llamar la atención y esto es algo que sucede de contínuo, cualquiera que visite el lugar lo puede observar.
Lo corriente es que suban a las de las reinas que no lleva mucho tiempo ni dificultad o paseen por la parte superior de las mastabas.
En estas, las más pequeñas, se limitan a decirles sin mucha convicción que se bajen, cosa que los trepadores, a veces hacen o no... mientras el policía suele mirar hacia otro lado. Con cumplir de vez en cuando ya es suficiente, cosa que cambia si algún superior, miembro de la administración responsable del conjunto arqueológico de Guiza, aparece en su zona, entonces sí que se aceleran, y gesticulando exgeradamente hacen bajar a los "infractores" lo más rápido que puedan (y yo que no me he subido a ninguna, me digo si no habré desperdiciado una buena oportunidad de conseguir tomas mejores, visto el percal).
Sabiendo que la presión humana es una de las causas para que todo lo que nos ha quedado, sufra un deterioro, es algo que habría que ponerle un cierto límite, no digo impedir que se pase, pero quizá sí un determinado número de personas. Vigilancia, más y efectiva, definiendo perfectamente bien que es lo que se puede visitar y que no, porque en este sentido nada está claro.
Quienes más están haciendo este daño son precisamente los adolescentes egipcios que en este tiempo pasan de ir a las clases en sus colegios o institutos y entran en gran cantidad en el sitio, sin control alguno y totalmente decididos a dejar su impronta, algo comprobado también por cualquiera que vaya.
En estas, las más pequeñas, se limitan a decirles sin mucha convicción que se bajen, cosa que los trepadores, a veces hacen o no... mientras el policía suele mirar hacia otro lado. Con cumplir de vez en cuando ya es suficiente, cosa que cambia si algún superior, miembro de la administración responsable del conjunto arqueológico de Guiza, aparece en su zona, entonces sí que se aceleran, y gesticulando exgeradamente hacen bajar a los "infractores" lo más rápido que puedan (y yo que no me he subido a ninguna, me digo si no habré desperdiciado una buena oportunidad de conseguir tomas mejores, visto el percal).
Sabiendo que la presión humana es una de las causas para que todo lo que nos ha quedado, sufra un deterioro, es algo que habría que ponerle un cierto límite, no digo impedir que se pase, pero quizá sí un determinado número de personas. Vigilancia, más y efectiva, definiendo perfectamente bien que es lo que se puede visitar y que no, porque en este sentido nada está claro.
Un aspecto de esa presión es el vandalismo. En dos años he podido comprobar como han aparecido gran cantidad de grafittis en los bloques de todo el recinto, sean los sueltos o los que aún forman parte de una estructura y no se limitan a unas líneas pequeñas, al contrario, son enormes, (como en la foto superior, muro e. de la G7440), no contentándose con hacerlo en los que están libres de registros, tanto los que aún los mantienen como los tambores de las capillas, las falsas puertas, etc. sufren un ataque premeditado, cuyos autores buscan precisamente la destrucción de las figuras, jeroglíficos que siguen visibles, con el material que más tienen a mano, las propias lascas de caliza. Como digo, esto lo he comprobado en un lapso de dos años en aquellas a las que he prestado una especial atención. Demasiado en muy poco tiempo, después de décadas en que aún sufriendo también de lo mismo, al ser menos las visitas, el daño era menor.
Quienes más están haciendo este daño son precisamente los adolescentes egipcios que en este tiempo pasan de ir a las clases en sus colegios o institutos y entran en gran cantidad en el sitio, sin control alguno y totalmente decididos a dejar su impronta, algo comprobado también por cualquiera que vaya.
De seguir en este camino, en pocas décadas los registros que nos han quedado, habrán terminado por desaparecer o será irreconocibles. Todo el esfuerzo de sacarlo a la luz, durante 40 años, desde principios del siglo XX hasta mediados, en lo referente a lo que allí ha quedado expuesto, se habrá perdido o dañado, no hay más que comparar como estaban en el momento de la retirada de escombros y/o arena, con la policromía aún conservada y como están ahora.
Sin una voluntad firme y decidida para detener el proceso y acometer labores de restauración ingentes, sin los recursos económicos y humanos necesarios, y tal como están las cosas, el aumentar la dotación presupuestaria es algo utópico.
Me temo que en la situación actual de deriva en que Egipto se encuentra navegando, el MSA, antes SCA, por sí solo, no puede acometer todo lo que este lugar, a la vista está, "nos está pidiendo".
Y a pesar de todo esto, se quiere volver, pero te lo piensas porque la frustración y el desánimo que se produce por ver la situación, son enormes.
Sin una voluntad firme y decidida para detener el proceso y acometer labores de restauración ingentes, sin los recursos económicos y humanos necesarios, y tal como están las cosas, el aumentar la dotación presupuestaria es algo utópico.
Me temo que en la situación actual de deriva en que Egipto se encuentra navegando, el MSA, antes SCA, por sí solo, no puede acometer todo lo que este lugar, a la vista está, "nos está pidiendo".
Y a pesar de todo esto, se quiere volver, pero te lo piensas porque la frustración y el desánimo que se produce por ver la situación, son enormes.
Cuanta razón tienes Kinn Sand...cuanta.
ResponderEliminarSi el panorama ya era malo hace unos años, ahora, por lo que cuentas con la falta de turismo, es insostenible.
Lo de los egipcios paseando a sus anchas por todos lados es cada vez mas evidente, se lo toman como un parque de atracciones y pululan felices y contentos sin saber ni una sola palabra lo que significan esas piedras que destruyen...al fin y al cabo son piedras y punto.
Gracias por esta oportuna aportación.
Un saludo.
¡Hola Taja! Me alegra verte por aquí. Lo que has dicho de que parece un parque de atracciones, y puede ser que ese sea el modelo que se busque, como complemento al Parque de Al Azhar.
ResponderEliminarCuánto más comparo las fotografías antiguas con las que hacemos ahora, más tiendo a desmoralizarme.
Ah, si no estoy equivocado, entre el Mena y la entrada a las Pirámides parece que ya está terminado o casi, un edificio grande que tiene apariencia de mastaba, bastante bien logrado por el arquitecto que lo haya diseñado. Puede que sea el nuevo Centro de Interpretación, pero se me escapa el hecho de que al menos hasta hace poco esa entrada a Giza solo era para grupos y familias, por lo que ese edificio podría tener otra finalidad.
¡Saludos!
Tienes más razón que un santo xD.
ResponderEliminarEn Giza no te puedes salir de las “zonas turísticas” controladas a menos de que vayas con guía o te acompañe uno de los pseudo guías de la zona, eso sí, si eres árabe, pasas a donde te da la real gana, y encima de que donde nosotros pagamos 60 u 80 libras, ellos pagan entre 2 o 3L (los estudiantes 1L). Para comparar, por ese mismo precio que pagamos por la entrada a Giza, puedo pasarme un día arqueológico en mi Tarragona natal, y me entra un combinado de Anfiteatro, Casa Castellarnau, Pretorio, Murallas, Foro y Circo. Comparando el nivel de vida allí un menú para dos personas sale por unos 5E en un restaurante normal, y aquí un menú muy barato para dos no menos de 16E. ¡¡Que nos sangran por diosssss!!
Encima esta “ley” de no salirse de las zonas turísticas no está en vigor para todos y se convierte en un puro caso de racismo hacia el occidental. Imaginaros que aquí prohibiéramos la entrada a determinadas zonas a los árabes y que solo pudieran entrar pagando un pastón y acompañados por un español.¡¡Los oenejetas y los de S.O.S. racismo se nos tirarían al pescuezo!! Acabaríamos juzgados, multados o en chirona.
En nuestros museos y monumentos tenemos un precio general, y otro para jubilados, estudiantes, niños, grupos….que tampoco varía tanto, y no he visto en ningún sitio un precio aparte para los que no pertenecen a nuestra raza o religión.
Pero eso es Egipto y hay que jorobarse, a pagar y a callar, sumando a esas libras de la entrada las “bakshish” (propinas) que tenemos que soltar para poder ver algo más que las pirámides, la esfinge, y la vista panorámica de marras. Lugar donde pacen y defecan camellos, caballos, camelleros, vendedores, policías……saltan y rayan los adolescentes que hacen campana y cualquiera de ellos cuando les sale de las pelotas.
Hablando en plata, Guiza se ha convertido en una belleza rebozada de mierda. La verdad es que no le veo futuro, las nuevas generaciones que hay en Egipto las veo mucho más destructivas que las anteriores hacia todo lo no que tenga que ver con el Islam.
Hola Circe.
ResponderEliminarPues no sé bien hasta que punto lo de la entrada para los egipcios es solo para ellos o también incluye a los árabes. Digo esto porque en alguna guía lo dice muy clarito: "Egyptians or Arabs". Lo que yo oí a un tío cuando estuvimos la primerza vez, en el 2010, fue en inglés, que pedía entradas "for arabs", no sé de donde sería pero lo de "forarabs" se lo entendí perfectamente. Parece que no tiene importancia y la tiene. Es algo que hay que confirmar ahora.
Lo de las pintadas... pase, mientras lo hagan en una superficie lisa, el tiempo lo borra, pero lo jodido es que se cargan los relieves.
A esto parece que no le dan importancia y en vez de centrarse en este tipo de destrucción, hay una "pléyade" de "egiptosensiblacos", y no solo de esos que viajan en crucero los siete días de rigor, que están arremetiendo contra ciertas personas de una misión arqueológica en el Asassif, por tocar con la mano, sin guantes, un trozo de jamba con jeroglíficos, y parece que es como si estuvieran cometiendo un delito criminal. Mientras, no se enteran de como se jode el patrimonio a lo bestia, día a día. Pero bueno es que la cosa va de piques, también entre españoles, y el facebuke que se han montado es más para darles caña a los otros que denunciar los problemas reales de la situación en Egipto con su patrimonio, que es de todos, de TODOS, hasta de nosotros los infieles, que al fin y al cabo se lo pagamos con creces.
¡Es que los hay que no tienen remedio!